El lado más oscuro y cruel de WhatsApp: acoso, porno o exclusión de un grupo
Antes, tu hermano pequeño o tu amigo del instituto podían ser víctimas de acoso escolar o cualquier otro chantaje. Sin embargo, ahora el gran problema social es que sean ellos mismos “los culpables de este tipo de delitos”, debido al uso viral y sin control de WhatsApp, según explica Carlos Fernández Guerra, . Entramos en el lado oscuro y cruel de WhatsApp.
“Hay un cambio brutal en los últimos cuatro o cinco años. Antes, alertábamos de que los niños podían ser víctimas de cualquier tipo de acoso, control o chantaje. Ahora, pueden llegar a ser los culpables de este tipo de delitos por el uso inadecuado de una app tan masiva como WhatsApp”, afirma Carlos Fernández Guerra.
No en vano, Fernández Guerra asegura que este gran cambio de roles proviene, obviamente, por la popularización de los smartphones, que permiten a los usuarios no solo grabar, sino «emitir y compartir» rápidamente contenido inapropiado.
Así son, por tanto, los `siete pecados capitales´ de WhatsApp, su lado más oscuro y más cruel.
1.- VIOLENCIA DE GÉNERO
Una de cada cinco españolas de más de 15 años ha sufrido algún de violencia física o sexual. Sin embargo, existe un acto machista más silencioso. Es el control que un joven o un adulto celoso puede ejercer sobre su novia, por ejemplo, gracias a las funciones de WhatsApp, como son la última hora de conexión o el doble check azul.
“La app se ha convertido en un elemento de control de parejas y de violencia de género de baja intensidad: qué dices, qué haces y dónde estás; si has leído el mensaje, por qué no me contestas. Esta preocupación todavía no es masiva, pero se puede convertir de una herramienta parental de pareja”, añade Fernández Guerra.
2.- EL NUEVO PATÍBULO
Además, el responsable de redes sociales de la Policía Nacional también expone que se está creando una nueva Inquisición dentro de WhatsApp. Él lo denomina «el nuevo patíbulo».
“En los colegios, ya se habla de este gran problema, el patíbulo que acaba montándose a través de los grupos de WhatsApp. Padres que se dedican a hablar mal de profesores y crean un tribunal paralelo contra ciertos docentes”, apostilla.
3.- SEXTING + BULLYING
Otra de las grandes preocupaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son los casos de pornografía infantil, prácticas de sexting o acoso escolar (bullying).
“En las comisarías son delitos menores, pero ya son masivos. El sexting entre niños y adolescentes es un delito grave de pornografía infantil; y ya es muy, muy, frecuente. En un colegio, cuántas veces se han encontrado este tipo de casos: cientos, cientos”, alerta Fernández Guerra.
Este tipo de contenido ilegal requiere –en su opinión- acciones de prevención, acompañamiento y control por parte de los padres y que, poco a poco, éstos den una mayor autonomía en el uso del móvil a sus hijos: mayor cuanto más edad tengan.
“Para nosotros es un problema enorme, no solo en casos de sexting, sino, sobre todo, en situaciones de acoso escolar”, dice.
“Antes, había padres analfabetos digitales y ahora ya no; pero los jóvenes siguen yendo mucho más rápido. Niños de seis o siete años usan las tecnologías mucho mejor que sus progenitores”, recalca.
4.- PORNO
Asimismo, el consumo de pornografía también afecta a la educación de los jóvenes. Un reciente estudio de la Fundación Dexeus Salud de la Mujer afirma que la mitad de los adolescentes ve porno en internet. WhatsApp no se queda al margen de esta tendencia.
“El porno está normalizando determinadas actitudes que no son tan normales. Además, con este tipo de contenido, los jóvenes quieren superar o emular lo que ven en estas películas. Y esto es un reto educativo brutal para padres y educadores”, considera Fernández Guerra.
El responsable de redes sociales de la policía también alerta de otro factor de riesgo dentro de WhatsApp relacionado con el porno. Se trata de los adultos que lo comparten en los grupos de la app. Fernández Guerra avisa de que, tarde o temprano, sus niños tendrán acceso a este contenido.
“Sus hijos verán estos vídeos cuando accedan al móvil sin que sus padres se den cuenta. No en vano, los menores de 12 años entran en el smartphone de su padre o su madre con frecuencia”, agrega.
5.- BULOS
Otro de los fenómenos a los que presta gran atención la policía es el grado de viralidad de la app de mensajería, ya que puede crear con sus mensajes compartidos una gran alarma social infundada. Entramos en el territorio bulo.
“En octubre del año pasado, en Madrid, hubo un bulo masivo sobre un aviso de bomba, que se dio vía grupos de WhatsApp. El `pásalo´ en estos grupos son una herramienta viral mucho más potente que Facebook o que Twitter”, confirma Fernández Guerra.
6.- FRAUDE + HACKERS
Aunque, quizás, sean los casos de fraude los que tienen más eco entre los usuarios, dado que afecta a su propio bolsillo. El riesgo de timos o estafas está muy presente siempre alrededor de la app.
“WhatsApp ha sido siempre la aplicación preferida para cualquier tipo de fraude. La última ha sido la versión beta de eliminar el doble check, que salió de manera inmediata a cuando se activó esta función con el color azul”, recuerda el responsable de @policia.
7.- EXCLUSIÓN SOCIAL
Por último, aparece la séptima puerta que conduce un lado silencioso y cruel de WhatsApp. O cómo este tipo de tecnología crea una nueva excusa para el chantaje: estar o no estar dentro de un grupo de WhatsApp.
“También hay otra forma de acoso y chantaje entre usuarios. Te incluyo o no en el grupo, hecho que no deja de ser un motivo de exclusión social”, dice el responsable de @Policia.
En definitiva, no se trata de criminalizar este tipo de tecnología, sino de combatir con medidas de prevención adecuada los problemas en torno a ella, como así sugiere Fernández Guerra. Cualquier herramienta, como el mail o las redes sociales, entrañan peligros una vez que se masifican; y los peligros crean vulnerabilidad.
“WhatsApp es una obsesión de todos los ciudadanos. Sin embargo, es la red `no social´ que más riesgos conlleva. Facebook, Twitter o Tuenti dejan avisos; pero, con WhatsApp, nos enfrentamos a un gran, gran, problema. Es incontrolable. Desde el punto de vista del contenido, todo se difunde de manera privada”, finaliza.